Algunos sostienen que el queso surgió por casualidad al cuajara leche durante su traslado en vísceras de corderos, método usado antiguamente. Otros, que cuando el suelo se agotaba para cultivar, el hombre se vio obligado a dedicarse a la cría de animales y sus productos. Con la aparición de recipientes cerámicos lograron reservar la leche ordeñada y obtener un sólido que se conservaba por más tiempo, 6500años A.C.
El hombre modificó su dieta y comenzó a consumir derivados de la leche. Muchas civilizaciones se convirtieron en elaboradores y consumidores de quesos. Griegos y Romanos lo usaban para intercambiar, lo consumían diariamente y en festejos. Se utilizaba en preparaciones y empezó a aparecer en la literatura.
En la edad Media y Moderna hubo un gran desarrollo y se extendió su consumo. Nacieron grandes quesos que hoy conocemos como el pecorino, el parmesano y el gorgonzola. Los monasterios se convirtieron en grandes productores de quesos. A partir del siglo XVIII hubo grandes avances por las investigaciones científicas de bacterias, microorganismos y cultivos y comienza la producción industrializada.
Hoy en día conviven mejoras y avances técnicos con el rescate de recetas recuperadas y atesoradas de elaboración artesanal.
El rol del maestro quesero sigue siendo fundamental y los consumidores buscan cada día más la producción artesanal y natural. que rescata el verdadero sabor y propiedades del queso.
Fuente: Manual del gourmet del queso, 2011, Brigitte Engelmann y Peter Holler